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Ponte del mejor lado de tu pareja, proponle tener sexo frente a un espejo. En esta posición es muy fácil destacar todas tus ventajas y ocultar los inconvenientes tras el velo de la pasión. El hombre está de pie, con los pies a la altura de los hombros y las rodillas ligeramente dobladas. La mujer se coloca de espaldas a él, dobla una pierna y se lanza sobre su muslo, sujetando con sus manos las nalgas de la pareja masculina, con la cabeza echada hacia atrás. El hombre pone sus manos sobre los hombros de la mujer, puede mirarla, disfrutar de su aroma, ver cómo se ahoga de pasión.
