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Delicada y hermosa, se abre a su hombre, ¡ofreciéndose sin tapujos! ¿Cómo puede resistirse a semejante tentación? El hombre se tumba de espaldas y abre las piernas. La mujer se sienta sobre el pene de cara a su pareja masculina; abre bien las piernas y mete las manos entre las piernas de la pareja masculina que le sirve de soporte principal. El hombre sujeta a su amante por las manos, justo por encima de las rodillas; los miembros de la pareja pueden observarse mutuamente, contagiarse de sus emociones, moverse al ritmo y jugar al juego silencioso que les proporcionará una satisfacción aún mayor.
Me gusta probar esta posición con mi amigo Tony santiago
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