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Esto es una caída de sentimientos y emociones, una verdadera trampa para los sentimientos, que literalmente enloquecen. La mujer se acuesta de espaldas y levanta sus barriles, cerrándolos alrededor de la cintura de su pareja masculina. El hombre está de rodillas, se sitúa entre las piernas de ella y le aprieta las manos contra el suelo, para no dejarla hacer ningún movimiento. La posición permite penetrar en la mujer de forma extremadamente profunda, haciendo estremecer sus sentimientos más secretos y mostrar que precisamente el hombre es capaz de controlar su cuerpo, llenarlo de emociones que no puede ocultar.