Etiquetas:
Descripción:
La pasión priva a las personas de la capacidad de pensar con claridad y llena sus cuerpos del deseo que exige una salida inmediata a través de la intimidad. La postura de la luz de la luna será una ayuda perfecta en algo tan explícito. El hombre sólo tiene que sentarse en el suelo y abrirse, y la mujer debe tumbarse entre ellos de espaldas, poner las piernas detrás del contrincante y darse placer. Para mayor comodidad, un compañero puede sujetar a su amante por la espalda y mecerla ligeramente al ritmo de sus empujones.