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Imagina que estás completamente sola en una isla desierta, donde puedes hacer lo que quieras, incluso tener sexo salvaje. La mujer se pone de rodillas sobre una silla, se agarra a su respaldo con las manos y trata de mantener la parte superior del cuerpo lo más recta posible. El hombre también se arrodilla en una silla con las piernas colocadas en los bordes. Abraza a su amor por la cintura. El hombre se apoya en el respaldo de la silla. El proverbio dice que cuantos más sean, mejor, pero la posición sexual de la Isla del Desierto lo desmiente por completo, ya que requiere muy poco espacio para hacer el amor.
