Etiquetas:
Descripción:
Deseo aumenta a cada momento, el estado emocional se eleva mucho, unos segundos más y se consigue el nirvana, ¿qué puede ser mejor? El hombre se tumba cómodamente de espaldas. Dobla ligeramente las piernas por las rodillas y las abre poco. Su amante se sienta sobre él, de espaldas a la cara de la pareja, un brazo se apoya en su pecho y el segundo en su pierna. La compañera se sienta de lado para que las piernas izquierdas de su pareja queden entre las suyas. Esta posición interesará incondicionalmente a aquellos hombres a los que les guste ver el proceso. Como la mujer se sienta justo encima de él, se aseguran con penetraciones profundas.